jueves, 28 de mayo de 2015

LA CARA OCULTA DE LA VERDAD...

"Cada uno de nosotros es una luna, con una cara oculta que nadie ve"
Mark Twain.


En estos días escuchaba embelesada en la radio la particular receta sobre La felicidad de un experto entendido en relaciones de pareja. Debo confesar que, con una acertada nota de humor, supo ponerle tilde a aquellas cuestiones que con facilidad delatan a los fervientes amantes en sus incursiones en las redes sociales. La identidad de estos mortales va en declive entre fogones ajenos y propios, cocinando los viejos y nuevos afectos y reservando mesa en otros corazones y lares con métodos poco ortodoxos. Algo bastante común a mi parecer. 
Y es que algunos cual mosquetero desenfunda la espada en un arrebato de reafirmación del "caballero oxidado que llevan dentro" y arremetiendo de mano de la insensatez entran en duelo con aquellos que preservan su vida personal para un reducto más selecto que lo virtual. Hay egos que se alimentan de los "me gustan" indiscriminadamente con una puesta en escena cuya dignidad se ve mermada.

Igual de inverosímil y peligroso resultan las respuestas a dicha osadía. Comentarios subjetivos sobre aspectos que no se conocen, poniendo paños calientes al imprudente que necesita el aplauso virtual sin peritar los daños colaterales de su error. El despropósito no se amortigua con la edad, las acciones chocan contra pilares construidos a golpe de desagradables sorpresas y fiascos…

Muchos señalan a la crisis como máximo responsable de la decadencia humana y social. Mi opinión particular no es otra que, existen seres humanos cuya repartición de culpa es muy generosa;  asfixian su parte de corresponsabilidad de manera beligerante.

El arma de doble filo de las redes sociales, para algunos es una plataforma y forma de colarse en las vidas ajenas con falsas identidades, deslealtades y mentiras, supone a corto o largo plazo, destapar aquello que realmente se es…

…Y, es que nadie, puede llevar mucho tiempo la máscara…


Esther Mendoza.



La mentira, cuando se convierte en una forma de vida, empobrece a la persona que la porta…