jueves, 25 de septiembre de 2014

LLUVIA DE OTOÑO.

...Y, me sorprendiste como una fina lluvia en otoño...

LLUVIA DE OTOÑO…


... Y, como una lluvia de otoño, las palabras toman por sorpresa a la noche apoderándose de la poca luz natural. Se inicia la aventura de construir renglones que atrapen la atención de algún desvelado lector y, con ellas, poner en movimiento sentidos adormecidos por la modorra que produjo el día…

El otoño nos trae un caminar pausado. Un telón perfecto que cae para muchos con los vestigios de un verano y, para otros, el encuentro con una soledad que habla de añoranzas y nuevos comienzos…

Una estación que muda la vida con olores que se cuelan por las rendijas de nuestras percepciones metiéndose en la piel, llevando a rincones que apasionan, a sentir y transmitir aquellas cosas difíciles de verbalizar, en definitiva, conduce a pensamientos y deseos…

Acaso sea solo la excusa perfecta para un derroche de palabras que han aprendido a ser parte de mí, acaso, la soledad siga siendo el tema disfrazado de otoño para muchos…
Con una copa entre mis manos, miro al otoño. Desde mi ventanal observo a una pareja ausente del resto que le rodea; su abrazo, abraza a la estación recién nacida y acaso, frivolice con el resplandor anaranjado del atardecer…

Quiero envolverme en ésta nostalgia que acaricia con su luz y con sus sombras. Resquicio de un tiempo que camina hacia mis recuerdos, a los colores que invaden mi casa y al crujir de las hojas secas que pisan mis pies.

Quiero esa languidez que me subyuga al imaginarte con miradas marchitas pegadas al cristal, con lágrimas de entretiempo enredadas en recuerdos… Quiero, a la suave brisa envolviéndome en esperanza.

Las hojas empiezan a caer, la neblina rueda calle abajo distorsionando los sueños y, el entusiasmo como una lluvia de otoño, se filtra sin previo aviso conquistando a la ilusión…


Esther Mendoza.


El otoño, un andante melancólico...





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