domingo, 6 de julio de 2014

Aprendí...

MIS ALAS SE DOBLAN, MAS NUNCA SE PARTEN Y AL TIEMPO  DESAFÍAN CON CADA UNA DE SUS TORMENTAS...


Me tocó aprender después de muchas caídas, que al levantarme era más fuerte importándome menos exponer mi vulnerabilidad. Terminé aceptando en mi lista de ensayo y error, las causas que inclinaron mis rodillas…  

Que los amores llegan de forma inesperada, aunque en ocasiones, los busquemos en los pasillos de la esperanza. Y, que de la misma manera que vienen, muchos de ellos se alejan dando paso a la incomprensión por una discrepancia mal entendida, en definitiva, por razones que no siempre son bienvenidas.…

Me toco aprender que existe una clase de amigos que tuvieron un tiempo para secar tus lágrimas, ofrecer su hombro a tu dolor, pero que un buen día sin previo aviso, eligen otra ruta cambiando la etiqueta de incondicional por la de "amigos pasajeros..." Acepté que llegan otros, se sienta a tu lado y llenan parte de aquel vacío.  
   
 Me toco aprender una diferencia que fácilmente lleva a errores, promesa y arrepentimiento pierden valor cuando se es reincidente rompiendo la palabra y que los impulsos restan tantas veces, como oportunidad tengan de repetirse.

Me toco aprender que con cada amanecer llegan posibilidades que muchas veces rechazamos por ser fiel a la zona de confort. Es más fácil quedarse ahí, que perseverar en ser mejor, apostar por los sueños, atraparlos, aliarse con la voluntad, ser más auténticos, más honestos con uno mismo…

Me toco aprender que el orgullo tiene más experiencia que la humildad. Su inteligencia y estrategia, en ocasiones se presenta como la mejor cualidad, entonces, nos pone a prueba obteniendo como resultado un osado empoderamiento. Él, sacará su mejor arma arrojando en frases y acciones, dardos elegantemente aleccionados que te derrumbarán…

Me toco aprender que no sabemos lo suficiente de aquellos cuyos rostros nunca muestran un gesto distinto, una emoción quebradiza que les conviertan en mortales comunes, alumnos de un curso donde la asignatura más repetida es la deslealtad y cuya nota máxima es la fidelidad...

Hoy, me toco aprender que ¡todo cuanto nos pasa!, que todo cuanto conocemos, que aquellos que entran, se quedan o sencillamente salen de nuestras vidas, son imprescindibles para trazar la ruta de nuestro destino…

Pero, lo que mejor he aprendido, es que hay que ser primero náufragos para timonear las tormentas inesperadas. Somos nuestra propia brújula y las decisiones tomadas, delinean el mapa de una vida… 


Esther Mendoza.




No hay comentarios:

Publicar un comentario