domingo, 19 de enero de 2014

AQUELLAS COSAS QUE IMPORTAN...

Las cosas importantes no tienen formas, se transforma en un puente de generosidad ilimitada
Esther Mendoza.

 
Las cosas importantes no son cosas. Son aquellas que se filtran en lo cotidiano, en tu historia, consiguiendo un objetivo; sorprenderte mientras vives…

Ellas llegan por millones de vías. Una voz al otro lado del teléfono qué, pide la aniquilación de los silencios que separan y llevan al olvido. Unos brazos que se extiende auxiliando a un alma cuando en un grito sordo, pide ayuda con un ¡abrázame!... Un amor que premia al otro con su presencia cuando no se le ha llamado..., y, dentro de las otras cosas importantes, está el protagonismo del amigo que no juzga, más bien, arropa a la tristeza y brinda al desencuentro una nueva oportunidad..

La vida, es ese reloj de arena que nos recuerda la importancia de los instantes de nuestra historia…son fragmentos de capítulos que nos hablan de la brevedad del tiempo y de aquellas cosas que realmente tienen que suceder…

Las cosas importantes, nos llegan a modo de susurro obligándonos a  permanecer estáticos, en sigilo, a veces, en medio de una tormenta de arena que golpea cada centímetro de nuestra piel colándose por los poros, alojándose en el torbellino de una mente en ebullición sin tregua qué, ¡insiste!..., en convencernos de aquello que no aceptamos, de aquello que ¡jamás!..., de forma voluntaria seremos…
Por que las cosas importantes, están presentes en aromas que nos recuerdan que somos amados y abrazados por un jardiner@ fiel... que cuida con ternura, los pétalos del dolor y limpia las espinas de la decepción para luego, recordarnos el privilegio de nuestra condición de mortal, pues ella, nos ha llevado a la aventura mas difícil; vencer los espejismos que impiden librar nuestras propias batallas.

Las cosas importantes, sólo tienen un modo y un destino, llegar a nosotros en forma de volutas de felicidad ganando, y desbancando, a aquellas otras que tratan de usurpar su lugar con fantasmagóricos presagios. Digamos, que son presentes casi imperceptibles. Se encuentran cerca de ti rozando tu mejilla cuando caes en la vigilia…
Realmente, las cosas importantes no son cosas, es la brisa que entra por las rendijas de una vida…

… Somos tú, y yo…
Esther Mendoza.


"Las cosas que realmente importan, llegan de puntillas y se alojan en el alma arrancándote una sonrisa.."

 

martes, 14 de enero de 2014

LA MISIÓN DE UNA ESTRELLA...

Todas brillan, mas ninguna apaga a la otra..
 

Hoy, en este espacio virtual, quiero compartir con todos ustedes un trocito de mi vida; parte del puzle de mi infancia. Tal vez, el motivo de hacerlo, parte de una larga charla con una buena amiga que llegó a dudar de su propia luz…

Cuando era pequeña, no superaba los doce o trece años, solía llegar a casa algo triste, con un ánimo alicaído…, No todo lo que sucedía a mí alrededor, era capaz de comprenderlo. Las madres, son esas “señoras sabias” que tienen soluciones para todo. Ellas, nos ponen paños calientes ¡donde parece que nunca habrá cura!..., y, sus palabras…, dan respuesta a aquellas cuestiones no fáciles de despejar, cuando se es tan joven.

Un día, de regreso del colegio y algo entrada la noche, le pregunté el porqué, las niñas se enfrentaban y a la vez rivalizaban con aquellas cosas que yo entendía como innatas y naturales propias de cada una. Siempre una reacción molesta  por parte de ellas, terminaba en agridulces enfrentamientos. Yo pensaba, que aquellas cualidades, habilidades o torpezas, venían en tu paquete personal y eran  intransferible, algo así ,como el nombre y apellido de cada una de nosotr@s. 

Mi progenitora, después de escuchar tantas veces esa queja que no me llevaba a ningún lugar, decidió reconfortarme con un ejemplo que aniquilara ¡de una buena vez!, mi confusión tan reiterativa. Nos dirigimos hacia el balcón y me dijo:

Observa el cielo. ¿Que ves?

Estrellas…

¿Algunas de ellas, están tan juntas que resulta difícil diferenciarla de la que tiene a su lado?

No…. Todas, tienen su margen de separación…

 Pues recuerda que cada una de ellas, tienen un cometido. Todas brillan, y se sienten cómodas en ese espacio. Saben sin necesidad de justificarse ante las otras, que tienen una misión, por lo tanto, el enfrentamiento no existe dado que cada una cumple un objetivo. Si realmente sabes quién eres, ningún ruido alrededor te hará dudar de tu lugar en el mundo…

A mi madre, por dejarme el único legado que merece la pena conservar. El respeto por aquello que somos y las herramientas para encerrar a la siempre inoportuna "duda"…

Esther Mendoza.

 

domingo, 5 de enero de 2014

"MIS QUERIDOS MAGOS DE ORIENTE:"






"Nuestros tesoros no confesados, toman realidad cuando empezamos a creer en ellos..."
 Esther Mendoza.

Mi carta va dirigida a esos reyes magos en los que todos, o al menos la mayoría, necesitamos creer. De niños, no pegábamos ojo la noche del cinco  de enero creyendo qué, ellos, eran el último cohete que al explotar, convertía en realidad aquellos pequeños deseos que a lo largo de trescientos sesenta y cinco días, almacenábamos en nuestra lista de casi imposibles.
En la soledad de una madrugada desoladora, recuerdo como mi carta del año pasado la escribí en un frio banco de hospital mientras mi hija, estaba siendo atendida… En esta ocasión, el escenario no varía mucho; desalentadora es la emoción que me acompaña en una velada donde el silencio del lugar, no ayuda a cambiar el ánimo. Busco entre los renglones de esta misiva, la fugaz creencia que la quimera de un deseo satisfaga a mi parte infante, aniquilando a la utopía y, convirtiendo en realidad, los sueños perdidos de una niña qué, ya adulta, espera le sean concedidos…
La lista de mis imposibles no es extensa. Se ha convertido en un reducto de ilusiones en forma de islote que espera que un navío de certezas, pueble el lugar desafiando los aparentes imposibles que con amor y generosidad, serán derrotados…
Cada mañana al despertar, lo primero que hago es dar gracias a Dios o al universo, (para mí tiene el mismo significado) por estar viva. Luego, aspiro a sentirme así de agradecida ante e cometido casi auto impuesto de reescribir las páginas en blanco que ese día me ofrece y, frente a una taza de cacao, me hago el firme propósito de poner en movimiento el mecanismo de la ilusión para que las barreras que esperan fueran, en algún momento se conviertan en frágiles cortinas de humo…
Mi carta de peticiones…
Mis queridos Magos de Oriente:
Sé, que la realidad social que azota al mundo, se ha adueñado de la ilusión de tod@s exiliando la esperanza a un gélido rincón del alma. Cuando no eres capaz de dejar la preocupación constante encerrada en el sótano de los pensamientos radioactivos, aniquilas sin querer los hermosos y escasos regalos tardíos que la vida te concede. También, sumo a esta lista, la eliminación del vacío que embarga con desaliento los instantes nacido de agridulces desencuentros, ellos surgen de la soberbia de un pilar que intoxica la parte más noble del ser arrasando cualquier vestigio de felicidad…
Yo, y tú… Tú y yo… tenemos la obligación de atrapar entre los dedos, coyunturas que llegan en retrasados vagones de vivencias que efímeramente, nos llena el corazón con el leve roce de una piel, la intrépida sonrisa que ha desbancado un rictus amargo, la conquista de un espíritu moribundo que renace en unas fechas que hoy, están llegando a su ocaso, la entrega incondicional que no deja enfriar la pasión de sujetar unas manos que han olvidado para qué, han sido creadas.
Frente a un folio en blanco, me pregunto a que nos esclavizamos. La reflexión me lleva a enumerar a sus protagonistas. Al miedo, que se cree dueño del tiempo, nuestro tiempo,  al abandono que cree ser el tutor de tu mente, a la soledad, que amenaza con invadir tu alma, a las palabras que como dardos envenenados, lanzamos a aquellos que menos se lo merecen, al desamor que nos infringimos que cruelmente comulga con la teoría de que hacerlo, es sinónimo de egoísmo…
Mi carta de peticiones, este año va a la sección del crecimiento personal y de la absolución a los errores.
Un coche no me haría más feliz, aunque me hace falta, tener más dinero aliviaría mis noches en velas pero, no disiparía la tristeza, conquistar el mundo, no es una meta, antes tengo que conquistarme a mí misma… ¿una vida segura?, un inviable, perdería emoción el viaje...
La mejor morada es aquella donde te recibe el calor de un sentimiento leal y franco al tiempo, que te abraza la tolerancia y el respeto.
Mañana cuando abra los ojos y corra a mi árbol de navidad, espero encontrar la caja de madera que durante mi niñez fue mi cofre de los tesoros… allí, espero encontrar todo lo que necesito para mis próximos doce meses... amar mejor, sumar paciencia, ver más allá de lo que mi imaginación pretende, y, sobre todo, no perder la fe en aquellos y aquello que creemos perdido…

"Aún, es siempre todavía". (cita de Antonio Sauret).
Feliz día de Reyes a tod@s...
Esther Mendoza.
"La navidad es una actitud, no una fecha en el calendario.."
 E.M