miércoles, 25 de septiembre de 2013

"CARTAS AMARILLAS, FRAGMENTOS DEL TIEMPO..."

"Huellas de una historia..."

Al mirarse al espejo no se reconoció. Atrás quedaba  aquella hermosa mujer que obligaba a cuantos se cruzaban con su mirada impenetrable, a bajar sus párpados con cierto reparo. Hoy, era la burda copia de un retrato en los que muchos se deleitaron.

De fondo la melodía de Glen Miller en su “Moonlight Serenade”, aliviaba la nostalgia que arañaba a su corazón al recordarle, lo efímero de la belleza, lo breve del tiempo, lo antojadizo del amor cuando los años rasgan la esperanza, y, con jirones de desencanto, diseña su mejor vestido para la gala de la decepción…

Se dió cuenta que secaba sus lágrimas con su pañuelo; aquel pañuelo... Una reliquia que custodió en su pecho por más de cincuenta años, cuyas iniciales bordadas, ya desdibujadas por la pasión guardada entre sus senos, se convirtió durante esos años en el hilo conductor entre la cordura y la capitulación de una historia que no pudo ser. Su ahogado llanto quedó mudo en la estación de las oportunidades; esas que nunca llegaron. Ocasión presa entre los barrotes de una ausencia, de una espera gélida que cubría con su manto, cualquier resquicio de expectativa…

Cuando sus tormentas se lo permitieron, dándole una tregua al dolor encasquillado en los recovecos de su alma, se levantó lentamente apoyada en su bastón; fiel compañero qué, junto a su sombra, no la abandonaba salvo, en la soledad compartida con Morfeo.

 Con pasos cortos, titubeantes y temerosos de perder el equilibrio, se dirigió a aquél cajón que estaba relegado al olvido. Recuerdos condenados al desalojo de una espera que durante años, peregrinó en generaciones amarillentas destinadas al exilio de la memoria. El contenido de aquella gaveta, recibió tal vez, un castigo injustamente infringido.

Su temblorosa mano derecha, buscó junto a unas medallas que cogaban de su cuello, aquella llave que prendía por más de medio siglo. Fragmentos de tiempo encarcelados, huellas de una historia, la suya… 
Señales del mapa de vivencias anónimas dónde los anhelos, fueron abortados por la omisión de una promesa…

...Y, como si de una reliquia se tratara, tomó entre sus arrugadas manos las hojas sepias salvaguardadas por un lazo rojo. Con exquisita delicadeza, deshizo la cinta de seda para perderse entre los renglones de aquellas cartas. Capítulos sin reposición de una vida…

….Querida alma perdida:

Mi memoria es traicionera, y, no me deja recordar la última vez que tú y yo, mantuvimos una conversación.

Era verano. La luz del sol bailaba frente a las hiedras y el sonido de las abejas me inquietaba. Decidí traspasar aquella verja. Mis piernas temblorosas no disuadieron a mi voluntad de acercarme a él. Sin darme cuenta, había sorteado los sarmientos de una antigua viña. 
Mi obsesión por los detalles, me llevó a fijarme en la danza acompasada de dos amantes.Dos pequeños invertebrados regocijados del momento vivido. Un encuentro dónde los deseos tomaban forma: manifestación sublime del ciclo de la vida. Sonreí, y, secretamente, envidie el fervor de aquellos caracoles....

Alcé mis ojos al horizonte. Allí, le encontré...
¡La sangre fluía arrítmicamente!, bajando de forma imparable, llenando los rincones más íntimos y pudorosos de mi joven anatomía. De mi interior, se desgranan susurros cálidos deseando chocar contra su piel…Qué hermoso era su rostro, que bella sonrisa asomaba en aquella boca que desee mía en el primer segundo de cruzarme con ella...  

Es difícil relatar cómo empezó, cómo sucedió aquel encuentro inesperado. Cuando quise darme cuenta, hablábamos, y buscábamos la tibieza de un roce inocente y genuino. Sentí su mano deslizarse por uno de mis tirantes caídos sobre mi hombro izquierdo...
Nos fundimos en instantes de ternura que, la brevedad del tiempo, consagró en pasión... 

Un frenesí que, en las horas muertas de mis recuerdos, asalta cual soldados medievales empuñando fotogramas que despiertan sentimientos que creí propiedad de otros...
Intuyo, que forma parte de mi historia, así, me lo muestra las escasas visitas de mi lucidez…

... Me paro.No consigo recordar la razón que me ha llevado hasta aquí….


La mujer cerró los ojos abarcando con movimientos imperceptible su espacio sagrado, al tiempo qué, protegía contra su pecho, el fruto de un sueño que quebrantó la realidad que nunca quiso recoger. Aquellas cartas contenían mensajes que se empotraban en su ser; con angustia, dolor y sinsabores.

El tiempo la vapuleó. Apretó sus manos en espera de encontrar un calor perdido…, ese, que nunca llegó..

No tuvo valor para seguir perdiéndose entre las líneas veleidosas de su historia, qué, fugazmente, le llegaba con claridad para dejarla luego caer en la oscuridad del abismo y desconcierto. Nuevamente, ató el lazo rojo devolviendo al destierro, pedazos de su vida…

Apenas hay claridad…

Otro día más, su memoria se pierde entre dos corrientes…

Otra noche cae sin apenas sentir…


Esther Mendoza.


"Mi mente frenó. Mi corazón recordó aquella vieja melodía que me llevaba nuevamente a ti..."

lunes, 23 de septiembre de 2013

"EL FRÍO DE UNA VERDAD..."



"TIENES ALAS PARA VOLAR, ¡ÚSALAS!.."
… Tras aguardar unos minutos con un incierto y extraño silencio, su mirada no se apartaba del movimiento casi ajeno de la copa en su mano. Su semblante habitualmente sereno, se tornó tenso. La contracción de su mandíbula, y, lo apretado de sus labios, le delataron en el momento en el que su voz se hizo oír con un. “tenemos que hablar”


Sustituir la expresión de“amor mío” por su nombre de pila, sonó demoledor, poniendo de pronto nombre a una pesadilla espesa que la invadía desde que penetró en la habitación. Sin embargo, no pudo evitar tatuar aquel rostro distante en sus pupilas.

Los segundos se alargaban abanderando el temor. El “tenemos que hablar”, anticipaba la crónica de un año  marcado a base de  titulares grises, ¡La hecatombe! que no da tregua a pensar con agilidad y cuyas líneas siguientes, sentenciaban con verse sentada en el despacho de un “ilustre” abogado firmando un divorcio “forzoso” qué, él, llamaría de mutuo acuerdo y ella, “fría traición...” añadiendo una gran dosis de cinismo fruto de su falta de escrúpulos qué, con maestría, la colocaba en la larga lista de mujeres abandonadas por hombres emocionalmente autistas. 

... La miró como si la viera por primera vez; expectante y seguro de arrebatarle su voluntad…

Su endiablada y atractiva planta varonil, se paseó por la estancia dejando caer su cuerpo sobre el sofá color turquesa qué a ella, tanto le gustaba. Un capricho adquirido  en el último viaje que ambos hicieron a Turquía apenas unos meses atrás.

Con una aparente impavidez que la exasperaba y a la vez acrecentaba su ansiedad, se repetía así misma, ¡mantén la calma!, ¡mantén la calma! a modo de mantra hasta recuperar el control de una desafortunada situación que apuntaba maneras de no ser muy halagüeña.

En esta ocasión, se sentía imbuida en una encrucijada dialéctica emocional que presagiaba, cual escena de “psicosis 2”, un cuchillo gélido en su espalda, llamado perfidia ….

Ante aquel aplastante pronóstico terrorífico nacido de las palabras de su marido, su  cuerpo la alertó tensando su espalda. Mientras, un ego tirano sonreía maliciosamente al sentirse vencedor de una partida sentimental rematando con un jaque mate, en un tablero que representó hasta ese instante, su fina estampa familiar…

Aquel irreconocible rostro impasible y firme de una toma de decisión, escenificaba en medio de su salón un abandono…

Sin haber estudiado el papel, salió a escena e improvisó. Descubrió entonces, que su capacidad de asombro, no tenía límites…

…. Y, muy a su pesar, se percato  de qué, esos instantes, pertenecen a esas horas del día en dónde la mente gana la batalla al corazón…

Esther Mendoza.

“….. Los espejos rotos de una vida… no deben impedir reconocerte en el extremo de una decepción…”





miércoles, 18 de septiembre de 2013

"HASTA QUE VUELVAS..."

"En la espera, las horas se adueñan  de la impaciencia, dando riendas suelta a mi imaginación al sentir tus labios, rozando  mi nuca..."

Hay corazones heridos que no quieren sentir las horas cuando observan  la soledad que les acecha. Esos corazones dan crédito a una angustia mezquina que toma posesión de su razón disuadiendo con destreza, una felicidad más que merecida…  

Los recuerdos estancados ¡hay que exterminarlo como a las plagas!. Estos llevan por veredas escabrosas dejando en el camino, la piel de las oportunidades…

Eternidad…

Eso es lo que sucede cuando sus manos se separan después de un beso que acompaña un “hasta mañana mi vida…
Los escalofríos silenciosos, pierden puestos frente a la ilusión y el deseo. Una coyuntura qué, algunas veces, surge de la nada; De esa nada  fruto de una rendición…

…. Y en los momentos…

…. cuando tu coche para frente a su verja, ¡¡ ella corre hacia ti!!  Colándose por la ventanilla del copiloto, ¡acortando los miedos!..., cambiando el significado de la distancia qué,  ya…,  no sientes cuando la miras y le dices:  “ Te amo...” o la despides con un “ ¿¿Te he dicho hoy, que te quiero…??”a lo que responde; "...no, imperdonable..." guardando la mentira piadosa debajo de una espera que endulzará su boca...

…. Con los días…

…. Es temprano. La luz de la mañana se cuela por las rendijas de la persiana. El estor coquetea  con las primeras luces que hacen carantoñas en el rostro… y, ella, se hace la remolona cubriendo con las sábanas su cabeza tratando de huir de los primeros rayos del día…

…. Es cuando abres los ojos, caes en la cuenta de qué el tiempo ha destruido el puente de la espera, ¡ahí!… al otro lado de la cama, te recibe su sonrisa con dos adormilados “ buenos días..”. El del ahora, y aquel que no tuvísteis  mientras ambos, con otras vidas, en lechos distintos dormíais…

Esa mujer cuida de tus flores. Esas que llegaron tarde y nunca antes conociste…  Te llama “su jardinero fiel…” porque has esparcido en su alma la semilla  intima que reconoce el amor maduro, sereno y firme…el que nunca se va de puntillas sin despedirse…

Esbozas una sonrisa y aún somnoliento,  acaricias el instante de sentirla cerca…,
Notas su respiración relajada.Se ha vuelto a dormir. Detienes la mirada en su espalda bien definida al tiempo qué, la yema de tus dedos, dibujan un te quiero en la geofrafía de su piel; blanca y suave como la seda…
Te acercas mientras duerme para abrazarla tatuando tu aliento en los recovecos de una pasión...

…. Tus flores…

Ellas representan el placer de la vida simple. Algo así como…; Preparar una mesa para dos…, una lectura conjunta; relatos que la embelesa atrapándola entre la entonación y la sorpresa que lleva la aventura de tú narración. Consciente de la intriga que despierta la historia, levantas la mirada y sonríes para adentro. Su pequeña silueta está hecha un ovillo en el sofá, ¡expectante!  de saber qué ocurre  en “el puente de los asesinos…”de Arturo Pérez Reverte.

Hoy tus flores se visten de gala para lucirse en, una mirada esquiva que recorre su figura, también, para ese beso sonoro que los labios femeninos depositarán en tú nuca cuando enfrascado en tu opera preferida te sorprenda la tibieza de su boca…, y, como no, en el deleite y frenesí que produce deshacer una cama, la vuestra…,y por último, en la locura excelsa que encierra una suplica que esconde un “¡escápate conmigo…!”

….Te levantas y despacio, al compás de "la forza del destino" de Verdi, te acercas a ella sentándote en el poco espacio que dejan sus piernas en el sofá.Con ternura, apartas el cabello que cubre el lado derecho del rostro y clavando tus pupilas en las suyas le repites por enésima vez…,”lo hermosa que te parece…”

Esther Mendoza.



martes, 10 de septiembre de 2013

"REFLEXIONES DE UNA CUMPLEAÑERA..."

"La vanidad de la madurez, me permite condecorar el resultado de mi viaje a lo largo de los años…"
 

Hasta hace unos días, en las horas que me acompaña  mi cotidianidad, me entristecía la idea de la proximidad de mi cumpleaños. Me fije en la cara oscura de la luna creyendo que los años restan. Sí, restan esas oportunidades tardías y excasas que posponen más de una conversación larga qué, las estaciones, arrastran con un mañana lo haré

Es entonces cuando caes en la cuenta que has obviado muchas paradas inexorablemente con la llegada de esos aniversarios, con cuestiones que pierden importancia con el tiempo…

Sin embargo, mi rostro cambió cuando mi reloj marcó las 00:00 horas del día 10 de septiembre. Mi hija me canto el cumpleaños feliz entregándome una postal con un mensaje. Se trata de esos que escuchas a menudo, pero, precisamente esa noche, lo interpreté de manera distinta. 

La felicitación escrita acarició mi alma  al tiempo qué, ponía alas a mi corazón permitiendo a las lagrimas, rodar por mis mejillas con descaro recordándome lo afortunada que era al tenerla a mi lado.

Esta emoción, no dejo en el olvido a personas que forman parte del mapa de mi historia, incluyendo, a aquellas anónimas y virtuales que han dedicado un tiempo de su tiempo, en una frase de felicitación cargada de buenos deseos e intenciones.

Éste nuevo cumpleaños suma expectativas, más promesas, aprendizajes que renovaran conceptos y, creencias que perderán actualidad para ocupar el anacrónísmo de una vida. Confío que aporte desafíos, experiencias donde los encuentros ganen valor y desdibujen definitivamente a los desencuentros….
Tal vez suene descabellado y sea una utopía difícil de atrapar entre la quimera de una autovía que siempre va en dos direcciones…

… ¡Llegó el momento de pedir  un deseo!… vaya…. Inevitablemente forma parte de la tradición de aquellos que danzamos en conmemoraciones y onomásticas. Sin menoscabar el  poder reescribir las páginas en blanco que nos ofrecen los amaneceres, existen días donde asusta salir a desandar las calles que, tan bien, conocen las suelas de nuestro zapatos…

Debo confesar que la desilusión, hasta hace poco, llegó a ser un molesto ocupa en mi alma colándose por las rendijas de la desesperanza, donde la preocupación, usurpo un trono asfixiando la voluntad y el buen ánimo….

Pero el Universo en ocasiones da tregua, poniendo escaleras al cielo con el firme propósito de un alineamiento planetario que confabule con retazos de felicidad que alivien los áridos recovecos de una existencia…

Tengo una extensa lista de peticiones. Después de releerlas, me he dado cuenta que carece de merecimiento para darle el privilegio de apagar conmigo, las velas que me recuerdan que aún, queda tiempo…

Cierro los ojos para recorrer en la clandestinidad de mi mente, aquellos semblantes que conformaron parte de algunos capítulos de mi rol como mortal. Rostros que hoy, no pueden estar a mi lado frente a una tarta; símbolo del efímero tesoro del tiempo y memoria qué, en algún momento, se desvanecerán con la bajada de un agridulce telón que nos recordará el final de una función.

El deseo más valioso que ha ganado posiciones después de las reflexiones de una cumpleañera, es por unanimidad, que entre todos, formemos una cadena de favores… ¡Sí!..., así es…, una cadena de favores…

…. Pongamos manos a la obra por aquellos que no saben, o no pueden apagar sus velas… La metáfora traduzcámosla en esperanza. Me refiero, a esa que se pierden por el camino cuando nos roban lo único que puede hacer que nos levantemos cada mañana, ... la ilusión…
,
Si tuviera que pediros algo, eso exactamente es lo que os pediría. Entre todos haced  favores por otras personas, y, a su vez, la condición sinecuanum  es que ellos repitan la misma acción… entonces, dentro de un año, el próximo 10 de septiembre, este deseo se habrá cumplido y el de muchos otros también …

Cada día, apaguemos la vela de la tristeza, la apatía y la desesperanza. El ¿ cómo..?, dependerá de vuestra comprensión.

Añadir, que los vagones que han llegado a mi vida, son vivencias que se han llevado algo de mi, pero también, me han dejado parte de ellas...

A los que me han amado más, y, a los que no han sabido hacerlo, a  todos, gracias por las enseñanzas que me han  convertido en la mujer que soy hoy…

La vanidad de la madurez, me permite condecorar el resultado de mi viaje, con el reconocimiento que me dan los años...   

...Y, para finalizar, gracias a tod@s aquellos que habéis sumado en mi crecimiento personal con vuestra presencia.

Esther Mendoza.




lunes, 2 de septiembre de 2013

"FRAGMENTOS DE UNA PASIÓN…"

"...Una vez que te entregas a el,... estas condenado a seguirlo.., eso es el tango...."

Esbozó una sonrisa al venirle a la mente parte de un diálogo literario del siglo 19 en Tess d’ Urderville. (Thomas Hurdy) donde decía:

 ¿Por qué no me dijiste que los hombres son peligrosos?, ¿Por qué no me lo advertiste?

Las mujeres saben de lo que tienen que protegerse, al leer novelas que le cuentan cómo hacerlo…

Fragmentos de una pasión...

(…)   Poco a poco, se unió a aquel amasijo humano copartícipe de una multitud atraída por la embriagadora escena nocturna. El olor de los jazmines, cipreses, fragancias de la noche, se mezclaban con su nerviosismo aumentando su curiosidad. Se sentía libre, ¡autónoma!, decidida a descubrir registros de su persona lejos de las miradas de aquellos que creían conocerla mejor que ella misma.

¡Ni en sus más absurdas fantasías!, se había imaginado bailando un tango en su condición de novata. Para cuando quiso reaccionar, fue demasiado tarde. Aquel extraño ya se había pegado a ella.., muy despacio…, seguro del arte que dominaba. ¡La sangre le bombeaba con tanta fuerza! que temía desmayarse... No podía  apartar su mirada, ...y, en treinta segundos, se entregó a una danza que les unió traspasando la delgada línea del pudor que su naturaleza de mujer conocía... 

... La estrechó entre sus brazo en el más puro estilo arrabal. Deslizándola por la pista, y, ajeno al papel que asumiría ante ella, aniquiló a golpe de sensaciones su rol de mujer recatada. 
... Entonces, se preguntó así misma: ¿Qué función ocupaban ahora sus absurdos estereotipos que de niña le inculcaron?...

El perfume varonil, era una mezcla de aromas increíblemente sensuales capaz de elevar su imaginación, al cubo de la coherencia, cayendo esta en picado al perder posiciones ante su recién estrena licencia para sentir...

Subyugada por el momento, sus pupilas no se desviaban de ese punto de encuentro, con las de su compañero de baile, sumando a la inesperada escena, una leve mueca. Burda imitación de una sonrisa responsable y coautora, de una muda presentación donde dos personas parecían haber anclado después de un largo viaje…

El roce de sus mejillas respondió vehementemente en la atracción de aquellos cuerpos, sin medida, ni sensatez alguna..,

Observador de una pasión encorsetada que pedía a gritos que la liberasen, su voluntad quedó prendada de las curvas que delimitaban la admiración y el fervor por aquella intrusa, qué, sin saberlo, se colo por las fisuras de su hermético equilibrio...

Cada centímetro de su anatomía fémina ¡suplicaba! parar el tiempo con una petición a cadena perpétua para las manecillas del reloj qué, les recordaba, el final de una inesperada entrega en aquel tango de Gardel en “el día que me quieras.”…. 

Presa de una emoción hasta ahora desconocida, se sintió acogida en el hogar más hermoso que hubiera podido poseer..."él..."

… Siempre interpretó el destino como esa “película” que les sucedía a los demás. Las posibles señales que la vida le mostró, las entendió como espejismos de un corazón sediento de sentimientos, aptos exclusivamente para el escaparate en el que perpetuamente se hallaba…

Los encuentros fugaces estaban diseñados para otros mortales, al menos, eso es lo que aprendió en sus más de tres décadas. Los amarillentos fotogramas utópicos que secretamente albergaba, los visualizaba desde un silencioso y apartado patio de butacas.

(…),…Algo le decía que debía subirse a aquel vagón que paraba ante ella, sin etiquetas, aunque los daños colaterales durasen toda una vida, o, el tiempo, que dura una caja de pañuelos debiendo finiquitar el sufrimiento con el último de ellos…

En todo caso, siempre queda la posibilidad de un final Hollywoodense.- se dijo en un segundo de permisiva ironía.-

¿Dónde estuvo todo este tiempo?.-- pensó en un segundo de claridad cuando estaba perdida entre su pecho, cerca de sus labios…una tentación a la que no estaba dispuesta a renunciar…


Esther Mendoza.