domingo, 26 de febrero de 2012

"EL CHICO DE LA CHAQUETA VERDE..."

UNA PROMESA CUMPLIDA...
 

    
 
Su humildad de corazón le  hacía restarse valor frente a esas otras cualidades y carisma que adornaban a su persona, entendía que aceptar esas cualidades le definiría como un ser prepotente y vanidoso…
Inseparable de su chaqueta verde, compañera fiel de las estaciones donde no siempre cumplía con el cometido de darle calor a su cuerpo o a su espíritu, la prenda guardaba en sus bolsillos historias cargadas de pasión y lágrimas que fueron enjugadas en pañuelos de papel, copartícipe de aquellos silencios vividos en rincones de la ciudad, escenario cómplice que le ofrecía fotogramas cargados de hechizos para él.
Era un hombre vetado a la suerte, nunca la supo ver. Quizás, las circunstancias que le rodearon no le ayudaron a hacer una buena gestión en el mapa de su vida; deambulaba solo por ella, guardando su tristeza en la comisura de sus labios y embelleciendo con palabras hermosas lo que otros afearon.
Le robaron el espejo en que se reflejaba la inocencia del artista que construye maravillosas obras nacidas de la pasión del don concedido, además, del atril donde se exponían sus ilusiones de niño y la oportunidad de ser él mismo…
Su conciencia infante pedía a gritos que lo abrazaran, que sujetaran sus manos y le recordaran lo especial que era; una criatura fuerte y generosa encorsetada en un cuerpo adulto que cansado y lastimado bloqueaba su afán de libertad. La culpa y el resentimiento brotaban en la soledad de su hogar, convirtiéndose en oraciones paganas. Su tímida bondad, acariciaba las cicatrices de un abandono que venía más allá del camino recorrido, quizás mil años atrás…  Era como un Peter Pan en una polis donde la fantasía era encarcelada en las mentes pragmáticas.
Tenía sueños..
…Recorrer el mundo en un velero y guardar en su memoria aquellos lugares fabulosos en compañía de su amada; una mujer sin rostro cuyo nombre era Rebeca, una utopía sobre su manera de entender el amor donde entrega y generosidad era incondicional renunciando a los sueños que pudiera tener aquella mujer que aparecía en sus sueños cada noche para repetirle su propósito de seguirle siempre… algo que solo quedó en un rincón de sus mas íntimos deseos, ella nunca llego.
Sin embargo…
La vida le colocó en un escenario que difícilmente supo manejar, le faltaba las tablas de los osados, esos que no tienen dudas y apuestan por vivir en el laberinto de la espera. Construyó un castillo de naipes donde cualquier estocada a su fe derrumbaría sus frágiles sueños. Su mundo resulto quebradizo, vacío y frio… pasó la vida lamiendo las heridas del pasado… Y el pasado siempre vuelve sobre todo, cuando uno no se ha perdonado…
… Se bajó el telón para él, entre las luces y las sombras el único aplauso y reconocimiento que podía obtener, era el amor así mismo y la lealtad que nunca se prodigo.
 “El amor, es como una pieza de teatro donde los actos son muy cortos y los entreactos muy largos, los intermedios, hay que llenarlos con nuestro propio ingenio…” (Tal como decía, una escritora inglesa)
Esther Mendoza.
 

 
 
 



martes, 14 de febrero de 2012

"EL SUEÑO DEL VIOLINISTA..."











Siento frío en cada rincón de mi anciano cuerpo, los años arrugaron el optimismo que acompaña la sombra de una juventud anquilosada en un calendario. Parte de mis extremidades, se dejan caer sobre un viejo escritorio evocando entre fantasía y realidad, su silueta desdibujada en mi memoria...


Me debato entre dos mundos. Imposible no comulgar con ellos a estas horas de una noche que pronto anunciará el alba, inevitablemente, me rindo a las órdenes del cansancio físico.


Morfeo llega sigilosamente y, de puntillas, se adueña de mi estado alfa. Me arrastra con sutileza al abandono de unos deseos no confesados, ¡esos!..., que afloran cuando pierdo el ritmo de mi cuerpo y de mi mente.


Mis manos de músico reposan sobre las amarillentas partituras y la complicidad de un pensamiento recurrente durante décadas, duerme en una esquina de mi corazón cansado, él, la sigue esperado…
Dejo caer mi cabeza en la dureza de una mesa y noto como los rizos de mis cabellos se dejan acariciar por las cuerdas suaves del violín que custodian la fragilidad de un letargo. El arco, se faculta para preservar el hechizo que envuelve mi sueño…


Entre fábula y verdad, una legión de sensaciones asaltan mi nuca y, danzando al valor de los sonidos de una pieza de Beethoven, aparece ella… a un centímetro de mi..., con la misma dulzura que guardé en un cajón cargado de recuerdos tiempo atrás…

¡Preso del embrujo!, ¡me escondo entre el puente y la escotadura! cayendo irremediablemente en la seducción de los tonos dorados  de una secreta utopía que ha conquistado ya mi espíritu... Su figura se contonea en el borde del adormecimiento del que soy cautivo, no estoy seguro si en mi aletargamiento sonrío o esbozo una mueca de dolor y desesperación; acaricio la sutil esperanza de verla en la nebulosa de un deseo; una agridulce emoción secuestra mi desvarío... Mientras tanto,  las curvas del instrumento se deslizan entre mis manos rescatando del aire la reminiscencia de su silueta atrapada en las bucólicas y mágicas cosas aparentemente insignificantes, aquellas que hacen tantas estaciones aprendí a su lado.


Y, en el ocaso de mi evocación, me despido interpretando la mejor de mis partituras que entre notas me susurra, donde vertí mis últimas lágrimas...
Tal vez ellas cayeron en el pozo de la decepción donde, el velo de la admiración se desvaneció cual cortina de humo curando la ceguera que yo mismo provoqué…


Existen cruces de miradas que ponen al descubierto la duda y la incertidumbre de seguir o quedarse en una intercesión de caminos. Los dos elegimos la bajada de un telón para un amor que ya no tenía caso.


Si pudiera dividir la soledad en orillas, en una estaría el tiempo vivido a su lado, y, en el otro extremo, tú, mi violín receptor de algunos castigos injustamente infringidos. Silencié el sonido de tus cuerdas que tanto me recordaba a ella. Sin embargo, moldeaste los movimientos de mis dedos de tal forma que cada cuerda recibió el mimo merecido, en definitiva, creaste la banda sonora de cada uno de los capítulos de mi vida…  


Mi mente se rebela. Ella me obliga a viajar por lugares prohibidos llevándome a un destino conocido… pero, ¡qué fácil sería amor si estuvieras conmigo!… Esta vigilia ¡me hace creer que duermo!, parece eterna y no quiero despertar…
La brisa de la madrugada acaricia mi rostro y me lleva por recovecos que me alejan de una quimera. Sé, o al menos deseo creer, que tarareas cerca de mí enredándote en una súplica que confesé a mi viejo violín. 


Esta aventura onírica me enseña que nada es eterno en el mundo de los mortales. Lo efímero tiene un símil tan hermoso y breve como un cielo estrellado que llora a una luna ausente que se prodiga descaradamente en las noches claras.

....Dulces motivos surgen entre los astros incitándome a permanecer con los ojos cerrados rememorando nuevamente, la ilusión de un instante...


A modo de plegaria a la divinidad  del durmiente y abrazado a mi violín, sólo puedo preguntarle al despertar, ¿Cuáles son aquellas cosas que realmente importan…?.


Esther Mendoza.




"Siempre habrán tantas frases inacabadas, como historias en el olvido…"




jueves, 9 de febrero de 2012

"¡ ¿19 ya?! "


"CUANDO LA DULZURA TIENE UN NOMBRE..."

¡¡¡Feliz Cumpleaños Princesa!!!

Para Anaïs, mi hija…

¡Un año más!. Mi pequeña gran mujer cumple 19!! La vida hoy te hace el mejor regalo, reescribir tu historia, no sólo en el día de tu cumpleaños sino todos los días de tu vida. 

Han sido 365 días cargado de pruebas, de obstáculos que parecían insalvables, que cómo gigantes amenazaban en ocasiones con aplastar todo aquello que tuviese delante y cuan pequeña te sentías frente a ellos, sin embargo, el amor por ti misma y la fe, ese sentimiento que nace de la soledad, te ha hecho más fuerte, generosa y valerosa. Los arrepentimientos y  los errores son producto de la memoria, ¿quien abría sabido cuan agridulce sabría el aprendizaje?…

Hace 19 años nos presentaron y aún conservo en mi memoria ese caudal de emociones y temor de no ser lo suficientemente buena madre para ti, pero has sido una gran maestra y en ocasiones, me lo has puesto muy difícil; convirtiendo en hermosas mariposas aquellas orugas feas e incordiosas.

 Me encanta cuando pones esa cara al sonreir porque enciendes mi corazón de madre. A veces, veo en ti a una abuelita que me recuerda aquellas cosas que me cuesta creer sobre mí, y tu,cómo un pepito grillo enumeras cada una de ellas con el mismo entusiasmo que el mago de OZ, cuando consolaba a  Dorothy en los momentos que se sentía afligida y perdida.

En tu papel de hija, has aprendido a desarrollar el de amiga, hermana y si te dejara (que no es tu cometido), el de esa madre que hace mucho perdí...

¡Sigue haciendo ruido por la casa!, Enfadándote por las pequeñeces que te rodea!, creyendo que hay un mañana mejor, ello, me hace sentirte ¡¡¡viva!!!  porque el arco iris de tu mundo lo pintas tú… cada año será especial para ti por la infinidad de cosas que sucederán en tu vida. Obsérvalas. Trata de aprender  de todo cuanto te ocurre pues ahí, esta la respuesta de tu papel en esta experiencia terrenal y plan divino creado sólo para ti.

Enumerar nuestras virtudes no nos convierte en mejores personas, sin embargo, corregir lo menos agradable nos hace mas valioso para los otros, y por supuesto para uno mismo. Los actos nos ennoblece y nos ayuda a dormir mejor... ello, no debes olvidarlo nunca princesa.

Te quiero.
Mamá.